La globalización es un proceso de difusión mundial de tendencias, valores, mercados e ideas que tiene como resultado la integración y uniformidad de las personas. Este proceso de homogeneización de la sociedad ocurre en diferentes ámbitos como el cultural, económico, alimenticio y uno de los más alarmantes actualmente: el biocultural.
La homogeneización biocultural es un problema socio-ecológico que genera un desbalance en la sociedad a favor de las especies carismáticas y culturas cosmopolitas; explicando la pérdida del conocimiento de especies nativas y el reemplazo eventual de estas por especies exóticas y/o carismáticas.
Este fenómeno social y reemplazo biológico, se ha visto alrededor de todo el mundo: en Francia los escolares prefieren proteger especies exóticas en vez de a especies nativas propias de su localidad debido a la influencia de los medios de comunicación.
En Cuenca (región andina del Ecuador) se observan rosas y otras plantas exóticas en escuelas rurales tanto en la decoración como en los textos educativos, a pesar de que estas instituciones se encuentran rodeadas de una rica vegetación nativa del páramo.
En un contexto más cercano, en Chile, se ha identificado que los parques de la ciudad de Magallanes no contienen árboles nativos de esta región, sino que utilizan flora parecida a la de grandes ciudades europeas, asiáticas y norteamericanas.
Realizaron un estudio en los parques de Santiago, donde la mayoría de las especies de aves eran nativas de la región. Sin embargo, las personas que participaron en la investigación sólo fueron capaces de identificar con claridad a las aves exóticas y en pocos casos a las especies nativas.
Esta falta de conocimiento sobre las especies nativas es un problema grave para la conservación de ecosistemas locales y regionales. El sentido de protección de las personas se genera junto con el vínculo que estas tengan con su entorno; debido a la homogeneización biocultural. En muchos casos el vínculo se encuentra perdido o debilitado, por lo que las personas sienten poca responsabilidad sobre las políticas ambientales y de conservación de su territorio.
Sin embargo, ¡no todo está perdido! La divulgación científica y los diferentes métodos de acercamiento de la sociedad hacia los ecosistemas (ejemplo: Filosofía Ambiental de Campo, metáforas, entre otras) son herramientas para combatir esta problemática y por lo tanto, fundamentales para una conservación local efectiva.
Para terminar, les invito a cuestionarnos sobre nuestro vínculo como sociedad con nuestro entorno: ¿qué tanto conocemos a nuestra flora y fauna nativa? ¿Conocemos los planes de conservación de nuestra región? ¿Cómo fortalecemos el vínculo con nuestro entorno local? En nuestra vida cotidiana, con nuestras acciones diarias, ¿realmente contribuimos a la conservación local de nuestro territorio?