Justicia Espada Acuña, Adelina Gutiérrez y María Teresa Ruíz son unas tremendas chilenas que todas deberíamos conocer. Destacaron por ser pioneras en el mundo de la ciencia en el país, e inspiraron a que futuras mujeres ingresaran a estudiarlas.
Por: Fernanda Aros y Javiera Mateluna.
Las Ciencias, Matemáticas, Ingenierías y estudios acerca de Tecnologías no eran materias que fueran prioridad para las estudiantes en Chile hace algunas décadas.
Hoy, en esta semana marcada por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, queremos destacar las historias de vida y trayectorias de Justicia Espada Acuña, Adelina Gutiérrez y María Teresa Ruíz. Tres grandes en carreras de Ingeniería, Astrofísica y Astronomía.
De distintas generaciones y disciplinas, cada una de ellas rompió con los estereotipos de género en años donde las ciencias eran un campo conformado exclusivamente por hombres.
Justicia Espada Acuña: la mujer que se volvió un ícono femenino en la Ingeniería
Justicia Espada Acuña Mena nació un 14 de enero de 1893, en una época donde las mujeres soñaban con la educación superior y donde lo socialmente óptimo era seguir carreras como Pedagogía, Enfermería o Trabajo social.
Su padre, José Acuña Latorre, y su madre, Mercedes Mena Villalón, criaron a todos sus 8 hijos bajo un espacio de cooperación e igualdad de género. Algo que le permitió a Justicia crecer y romper con los esquemas machistas del Chile tradicionalista.
Con una excelente educación base, Justicia siempre mostró un amor hacia los números, lo que la llevó posteriormente a estudiar pedagogía en Matemáticas. Pero esto no fue suficiente, Justicia quería saber más. Se armó de valor y tomó una decisión que la convertiría en la primera mujer chilena en estudiar Ingeniería Civil.
Gracias a la creación del Decreto Amunátegui proclamado en 1877, entró a estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de Chile, en 1913. Se sumergió en un ambiente completamente masculinizado, pero su voluntad fue más fuerte. Enfrentando prejuicios y creciendo cada vez más logró ser una estudiante destacada entre sus compañeros graduándose sin haber reprobado ninguna asignatura en 1919.
A 100 años de su egreso y como una forma de plasmar los logros del movimiento feminista de 2018 en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), se aprobó el cambio de nombre de la Torre Central del campus Beauchef por el de Justicia Espada Acuña Mena, un reconocimiento de su alma máter a la osadía de esta mujer.
Este año, para conmemorar los 128 años de su nacimiento, Google le dedicó el doodle de su página en Chile, Argentina y Perú. Con ello, se reconoció su destacada vida profesional y su aporte para las mujeres en las matemáticas, ingenierías, ciencias y tecnologías, donde las mujeres han estado subrepresentadas históricamente.
Adelina Gutiérrez: una pasión por enseñar que rompió fronteras
Esta tremenda mujer se destacó en la disciplina de la Astrofísica en nuestro país. Fue una de las precursoras en su enseñanza en Chile y pasó a la historia por su arduo trabajo en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas del Observatorio Astronómico Nacional.
Nació el 27 de mayo de 1925 y desde su enseñanza básica siempre desarrolló un interés especial por las matemáticas. Su tenacidad y sed por el saber la llevaron a sacar un doctorado en Astrofísica en la Universidad de Indiana en Estados Unidos, convirtiéndose en la primera chilena en obtener este grado académico en la disciplina.
Fue pionera en fotometría fotoeléctrica de estrellas australes y autora de docenas de libros y manuales de estudio entre los que se cuenta “Determinaciones astronómicas realizadas con teodolito” y “Astrofísica general”, texto fundamental y obligatorio para muchas generaciones de jóvenes estudiantes de la disciplina.
Se desempeñó como académica de la Universidad de Chile hasta 1998. Sus logros la llevaron a convertirse en la primera mujer en integrarse como miembro de número a la Academia Chilena de Ciencias en 1967. Su inspiración fue su hambre por el saber.
María Teresa Ruíz: amor a primera vista por los cuerpos celestes
María Teresa Ruíz, nació el 24 de septiembre de 1946. Actualmente tiene 74 años y es una de las mujeres chilenas más destacadas en el mundo de las ciencias, con más de 10 distinciones y premios en su trayectoria.
Decidió aventurarse desde joven en el desafiante campo de la Astronomía, y gracias a sus investigaciones fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997, convirtiéndose en la primera mujer en la historia de nuestro país en recibirlo.
Pero antes de pasar a la historia, tuvo a una gran referente en su vida. A sus 14 años, se fue a vivir con su abuela, Teresa Matthews. La mujer que, con su apoyo y ternura, le reforzó que nada es imposible y que luchara día a día por cumplir sus sueños.
Que ser mujer nunca sea un obstáculo para hacer lo que quieras”, le decía su abuela. Una frase que la acompañó hasta que recibió su licenciatura en Astronomía y que la impulsó a ir más allá, logrando su doctorado en Astrofísica.
Su pasión por el estudio de los cuerpos celestes comenzó en 1968, luego de haber observado las estrellas desde el cerro Tololo una noche sin luna:
Me di cuenta de qué deseaba hacer durante el resto de mi vida. Fue como un flechazo. Decidí que eso era lo que debía hacer: investigar el universo”.
Fue así como ingresó a la carrera de Astronomía, en la Universidad de Chile, obteniendo la licenciatura en 1971. Dos años después, obtuvo el grado de Máster en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, y en 1975 el de Doctora en Astrofísica.
Tras largos periodos de observación, trabajo e investigación, María Teresa Ruíz logró importantes hitos espaciales: el hallazgo de nebulosas planetarias, una supernova en el mismo acto de explosión, y la primera enana marrón en las proximidades del sistema solar.
María Teresa fue partícipe de varias instancias del “Congreso Futuro”, siendo panelista con temas muy importantes como “El futuro del aprendizaje” (2019), “La importancia de la mujer en las ciencias” (2018) y “Tecnología y Universo: Responder grandes preguntas de la humanidad”.
Hoy, esta tremenda astrónoma continúa motivando a que más niñas y mujeres incursionen en el campo de las ciencias, escribiendo libros y realizando charlas inspiradoras. Y junto a referentes cómo Adelina y Justicia, las niñas y mujeres continúan avanzando en áreas Stem gracias a sus grandes hitos.