Ser feminista y convertirme cada día en una persona más empática hacia las distintas situaciones, me ha permitido concientizar de las diversas formas en las cuales podemos accionar para ejecutar un cambio real y efectivo. También, me ha facilitado el acercarme a un sinfín de mujeres que continúan esta lucha tan ardua; siempre trabajando desde la interseccionalidad, la cual reconoce que todas poseemos rasgos culturales, étnicos, sociales y demás que difieren, pero hasta ahí; esto no debe ser excusa para ningún tipo de discriminación. Eso es lo que nos hace tan únicas y, al mismo tiempo, facilita el trabajo en equipo entre mujeres adhiriéndose siempre a la sororidad, a la diversidad y al respeto mutuo.
De aquí surge la importancia de las redes de apoyo entre mujeres. Desde niñas nos enseñan que debemos competir contra otras chicas por cuestiones que se inclinan a la superficialidad y al materialismo. Crecemos con ese patrón que suele repetirse de generación en generación; haciéndonos creer que nuestro valor no va más allá de lo impuesto por la sociedad. Para ilustrar lo anterior tenemos a los estándares de belleza que provienen de un sistema sumamente hegemónico, colonialista y patriarcal.
A raíz de esto, el constituir redes donde las mujeres puedan narrar sus vivencias y compartir con otras adquiere una notable preeminencia en la agenda de todas las feministas. Inclusive, estas redes traspasan las fronteras físicas e ideológicas, ya que existen diferentes plataformas, tanto nacionales como internacionales, donde convergen una gran cantidad de mujeres (niñas, jóvenes y más) y se apoyan incondicionalmente entre sí.
Asimismo, los estigmas y los prejuicios deben ser suprimidos en su totalidad, esto con aras de detener la reproducción del odio generalizado y difundido entre mujeres. Realmente, no debemos vernos como enemigas. Al contrario, somos aliadas, hermanas, sororas y principalmente, somos más fuertes cuando luchamos juntas.
Porque una voz ya es fuerte, pero varias voces logran ensordecer a esos hombres que se niegan a que aplastemos al machismo y a la misoginia. ¡Mala noticia! Para ellos, claro está, cada día más mujeres por todo el mundo trabajamos en pro de la igualdad de género y ¿lo mejor? Lo hacemos por medio de redes de apoyo autónomas y feministas.