Luego de haber convocado a más de 600 alumnas en su primera versión, este año la Academia Climáticas -impulsada por el colectivo Tremendas, formado por niñas y jóvenes sub 25- comenzó un nuevo ciclo con estudiantes de toda América Latina y el Caribe. ¿La convicción que las mueve? Que son las mujeres quienes pueden ser una solución a la crisis climática.
Usted ¿alguna vez ha escuchado hablar del término ecoansiedad? Si tiene 30 años o más, probablemente esta palabra aún le suene conocida, pero la Asociación Americana de Psicología (APA) tiene una definición para este cuadro: «El estrés causado por observar los impactos aparentemente irrevocables del cambio climático».
El año pasado, la ecoansiedad fue un tema recurrente en las conversaciones post-clase de la Academia Climáticas, una iniciativa gratuita que entrega contenidos educativos sobre el cambio climática impartidos por expertos y expertas nacionales y extranjeros a niñas y adolescentes entre 12 y 25 años de Chile, América Latina y el Caribe.
«Hay impotencia, ansiedad, estrés. Está validado tener estas sensaciones ante el trabajo y otros problemas, pero sí, también hay jóvenes que se sienten así frente a la crisis climática», dice Camila Sola, bióloga marina de tú años y una de las coordinadoras de la segunda versión de Climáticas, que comenzó sus clases de forma virtual el 25 de junto, con más de 600 estudiantes.
Este año la ecoansiedad se incorporó como parte esencial de la malla curricular. Pero no es solo eso: durante el curso, que dura cuatro meses, las estudiantes aprenden sobre la importancia de los recursos renovables, estrategias de cuidado del medioambiente quizá lo más importante: se entusiasman por comenzar con el cambio en ellas y sus comunidades. Le pasó a Estefanía Gallardo, de 21 años, exaltarme de Climáticas. «Antes no me cuestionaba mis acciones. Entender el funcionamiento de los bosques y el océano fue algo que me tocó».
dice esta estudiante de sociología e impulsora de «Recicla Maullin», una serie de contenedores de pallets para que los habitantes de esta localidad puedan separar sus residuos. «Ser una mujer liderando una iniciativa que generalmente lideran hombres fue muy importante en mi vida».
Que Climáticas sea sola para mujeres no es casualidad. Impulsada por Tremendas -colectiva de niñas y jóvenes de toda América Latina unidas por la transformación social-, esta academia trabaja sobre la base de una doble perspectiva de género: «Las mujeres componen el 80% de los refugiados climáticos», expone Camila Sola. «Y cuando revisamos la cantidad de líderes ambientales de las comunidades, la mayoría son mujeres. La educación de niñas y adolescentes puede ser una solución a la crisis climática», dice convencida.
SI CAMBIA UNA, PUEDEN CAMBIAR TODAS
«Es un privilegio apoyar el trabajo que están realizando mujeres que hoy son jóvenes, pero que desde pequeñas mostraron interés sobre las decisiones que se deben adoptar para velar por su futuro y el de las nuevas generaciones», dice Maria Victoria Araya, subgerente de Calidad y Sistemas de Acciona, quien participa por segundo año como memoro del programa, entregando conocimientos sobre gestión y procesos. «Esta es una de las generaciones que ya está trabajando en generar el cambio que se requiere. porque tienen una mayor conciencia de que no hay tiempo que perder. Estas el valor de la Academia Climáticas y también de nuestra alianza con Tremendas, que esperamos mantener para seguir apoyando estas valiosas instancias».
Como representante de las energías renovables, Acciona es parte de los aliados estratégicos de Climáticas, junto con Fundación Basura, Plastic Oceans, WWF, Fundación Mar y Ciencia, Universidad Adolfo Ibáñez, Karün y Fundación AmuIén. El programa está patrocinado por UNICEF, los ministerios de Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología, y es financiado por Coca-Cola.
El año pasado, cuenta María Victoria Araya, pudo ver in situ cuánto impacto tiene entregar este tipo de contenidos a niñas y adolescentes. «Su asistencia, participación y compromiso es masiva, generando un ecosistema educativo muy valioso», destaca. Y este 2022 el entusiasmo será mayor, ya que habrá salidas a terreno. «En la academia tenemos una parte teórica, pero también está la creación de proyectos, donde alumnas de varios países se pueden juntar en un espacio a hablar sobre sus problemáticas, que son muy distintas, pero que encuentran un punto común en la posibilidad de accionar juntas», dice Julieta Martínez, la fundadora de Tremendas y reconocida activista medioambiental.
«Cada una de las niñas que va a la academia, independientemente de si no genera el proyecto dentro de su comunidad, va a aprender algo que generará un cambio en ella», cree Camila Sola. «Si una cambia, si genera nuevos hábitos, si o si va a afectar a quienes le rodean».
Dentro de las actividades complementarias del año pasado, las alumnas partían registrar sus acciones personales para medir cuánto reducían su huella de carbono, por ejemplo, apagando las luces de su casa o desconectando el cargador del celular.
«Este año, revisamos la plataforma y teníamos 8.352 kilogramos de dióxido de carbono reducidos (similar a la huella de carbono de un hogar durante un año). Una estudiante del Caribe siguió anotando sus acciones», narra Camila Sola,. «Ella continuó con sus hábitos y eso fue súper significativo para nosotras. Las vidas de las niñas cambian cuando pasan por Climáticas».