No hace muchos años cuando hablábamos de la comedia solo comentábamos la carrera de los hombres y su trayectoria. Porque no fue hasta los siglos XIX y XX que las mujeres comediantes empezaron a tener relevancia. Antes de eso solo existían actrices que bailaban y cantaban en sketches cómicos protagonizados por hombres y escritos por hombres.
En ese momento de la historia, la idea de una mujer abandonando su rol como ama de casa para ser comediante era inconcebible. Se nos consideraba una especie diferente, personas no diseñadas para comprender el humor.
Cuando hablamos de pioneras podemos mencionar a Phyllis Diller, una comediante estadounidense que siendo madre de seis hijos se lanzó al mundo del entretenimiento porque le apasionaba. Su premisa era usar unos trajes extravagantes porque al perder una apariencia refinada pudieran percibirla como una comediante antes que solo una mujer. Su rutina consistía en reírse de ella misma y de su marido.
Como dato adicional, uno de los primeros monólogos cómicos fue hecho por una mujer, Fanny Brice, fue porque su esposo se fue a servir al país, y por eso lo que tenían escrito para hacer en un show conjunto, terminó siendo un acto de solo una persona.
Otra mujer que rompió esquemas con su comedia fue Moms Mabley. No se habla mucho de ella en libros de la historia de la comedia, pero ella marcó el camino para el humor crudo y obsceno. Ella era una mujer afrodescendiente, era una persona mayor cuyo personaje lucía ropa desaliñada y un sombrero viejo.
Lo impactante de su actuar, es que ella en shows llenos de hombres blancos los obligaban a callarse para escucharla a ella. Darle tiempo para explicar sus ideas, algo que en esa época sonaba insólito. Sus rutinas comentaban la lucha racial y la diversidad sexual.
En los 70, el Stand-up arrasaba los escenarios y a las mujeres les costó entrar a ese mundo. Y es difícil para los comediantes del Stand-up, pues es un ambiente hostil para cualquier persona. Luego del boom de las actrices cómicas en los Sketches de Saturday Night Live, con un equipo de guionistas masculinos que se abrieron a trabajar con tres guionistas mujeres.
Algo en lo que también existía y aún existe una brecha, fue lo que les dio paso a las mujeres para dirigir películas cómicas, donde una mujer o un grupo de mujeres eran el objetivo de las risas. Generalmente películas donde participaban Melissa Mcarthy o Kristen Bell fueron éxitos de taquilla.
Algo que es un problema para las mujeres que hacen Stand- up es la audiencia masculina hostil, ese hombre inseguro de sí mismo que se queja de cualquier cosa que la comediante diga. El humor femenino es amplio, simplemente que lo único que un hombre inseguro recuerda es a la comediante hablar sobre el micro pene de un chico con el que salió es selección personal. Aún hay muchos caminos para la comedia de la mujer para crecer, muchas historias que contar, pero siempre es bueno comentar los inicios.
Esta es la evolución del humor femenino en Estados Unidos, lo que nos lleva a darnos una vuelta a cómo le está yendo a las mujeres comediantes en Latinoamérica, específicamente en Chile.
El Machismo es un tema internacional que no conoce de fronteras o religión, por lo que tal y como lo fue para las mujeres estadounidenses, hacerse notar en el mundo del espectáculo también lo ha sido para las comediantes chilenas. Especialmente si analizamos el criterio con el que somos juzgadas.
En Chile, en el Festival de Viña, se hace notar el famoso “Monstruo” que es la audiencia. Una audiencia que con sus gritos o abucheos determinan si tu carrera se hunde o logras triunfar en el mundo del espectáculo. El humor del que nos reíamos haces unos años no es el mismo que nos hace reír en la actualidad. De igual manera si vemos hacia atrás y observamos las rutinas de Viña, tanto de un hombre como de una mujer, podemos notar claras diferencias entre estos.
El humor femenino hoy en día es más amplio, porque siempre tiene que estar reinventándose debido a lo mucho que se nos exige, mientras que muchos de los hombres comediantes consiguen hacer reír con segmentos humorísticos similares.
Anteriormente, hablamos de hace dos años o menos, a la hora de ver a un hombre hacer comedia esperábamos garabatos, novias tóxicas o inseguridades del hombre actual con una sociedad que aún sigue normalizando estereotipos machistas. En general, somos un objeto que tiene varios cables dañados a sus ojos. En la otra cara de la moneda, las mujeres como víctimas de ser criadas con un pensamiento patriarcal, también caemos en rutinas donde seguimos perpetuando roles de género, donde tratamos de no decir garabatos porque no tenemos permitido no ser delicadas.
Podemos concluir que después de conocer los inicios de la mujer en la comedia, podemos apreciar a aquellas que lograron separarse del rol que se le había asignado de ama de casa y empezar a indagar en el mundo de la comedia. Entrando en aquellos antiguos sketches cómicos donde interpretaba el típico papel de mujer tonta, sumamente hipersexualizada, para llamar la atención de los espectadores. Evolucionando a realmente comprender el ámbito, deja de pedir permiso e invadir los escenarios que se les asignaban únicamente a los hombres.
En todas partes del mundo al ver las rutinas, las críticas en las redes sociales o medios televisivos podemos notar la manera en la que las comediantes son criticadas con criterios casi ridículos en donde realmente no se valora el esfuerzo que hay detrás de cada rutina.
Con esta columna queremos visibilizar y conmemorar a todas las mujeres que hacen comedia inspirando a muchas, que nos alientan a hacernos escuchar y empoderarnos en ámbitos que estén liderados por hombres.