Por Javiera Díaz.
Hoy 15 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Democracia y, por lo mismo, resulta difícil preguntarse ¿Quién compone la democracia? ¿Cómo la entendemos? En Chile, existe la noción común de que el voto universal existe desde 1874, cuando fue ampliada la ciudadanía: se eliminó el requisito de la renta que había establecido la Constitución de 1833, aunque manteniendo el requisito de saber leer y escribir. Cuando pensamos en Chile y su democracia, seguramente se piensa que somos una hace mucho tiempo, con un silencio entremedio, pero en general una democracia plena hace muchísimos años. Sin embargo, si consideramos que somos una democracia plena cuando verdaderamente incluimos a toda la población, es decir, una democracia con las mujeres, sin duda causa sorpresa y cambia cómo definimos nuestras democracias.
En Chile las mujeres pudieron acceder al derecho pleno de sufragio en 1949, es decir, hace menos de 100 años, gracias a una amplia lucha de mujeres activistas que creían en una democracia que las considerase. La diferencia entre el supuesto voto universal y el sufragio femenino es muchísima y ejemplos como Chile hay varios, como lo es Suiza, que su primer año de voto universal es en 1848, pero el derecho a sufragio femenino en 1971, es decir, más de 123 años de brecha. ¿Es la democracia más reciente de lo que pensamos?¿Por qué nunca nos cuestionamos esto? Porque la política sigue estando definida por lo masculino y nos es difícil salir del esquema (más aún si está impuesto). No por nada, aún con el derecho a sufragio establecido, en el Senado correspondemos al 24% de la representación y a penas 17% de los alcaldes son mujeres.
Ahora, si agregamos otro componente a la ecuación, las juventudes, hablamos de más limitaciones. ¿Cómo cambiaría nuestra concepción de la democracia, si sumamos la participación de las juventudes? Ante las diversas problemáticas globales que afectan el futuro sostenible de nuestro mundo y nuestra integridad física, cada vez más son las niñas y jóvenes que buscan espacios de incidencia para poder dar su opinión; muchas veces no porque quieren, sino porque es una necesidad. En Tremendas, lo vivimos día a día y es nuestro motor de cambio, que creemos poder imaginar y construir una tremenda sociedad. Sin duda, considerar a las juventudes sólo enriquece nuestro sistema, jamás agotándolo. “Ustedes jóvenes, son el futuro” ¿Y qué pasa con nuestro presente?
Mujeres jóvenes y niñas merecen ser reconocidas como parte del sistema porque somos parte de la sociedad. ¿Quién conoce nuestras necesidades, mejor que nosotras mismas? En este Día Internacional de la Democracia, es importante reconocer sus valores, como la participación y el diálogo, de manera íntegra y, cuestionarnos nuevamente ¿Qué democracia conmemoramos hoy y a cuál deberíamos avanzar?