Julieta Martínez, la chilena que pone un altavoz al activismo de las niñas frente al cambio climático.
DANIELA MOHOR Santiago – 15 NOV 2022 – 07:45 CLST
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Se llama Julieta Martínez, pero eligió ponerle de título a su libro: No soy Julieta. Se trata de una declaración de principios para esta mujer de 19 años que ha pasado su adolescencia buscando abrirles espacio a las generaciones de menos de 20 en el activismo por la justicia climática y la equidad de género. No es Julieta, dice, porque ella solo es una de las miles de niñas que aspiran a hacer escuchar su voz y su meta es darles visibilidad a ellas, especialmente a las que viven realidades de mayor vulnerabilidad y son activas dentro de sus comunidades sin que se reconozca su trabajo.
Julieta, quien lanzó su libro a fines de octubre en Chile, comenzó a interesarse en el activismo a los 12 años. Fue acompañando a su madre emprendedora a charlas y conversatorios sobre innovación social que se dio cuenta de que, al hablar de los jóvenes, los adultos se referían exclusivamente a personas de más de 20 años. La ausencia de espacios de participación para los escolares la frustró y decidió hacer algo al respecto.
Con el apoyo de su madre, comenzó a informarse sobre los temas que más la convocaban: la equidad de género, la acción por el clima y la convergencia entre ambos. Luego empezó a hacer videos en que entrevistaba a adolescentes activas en su comunidad. Poco a poco, lo que partió como algo casi anecdótico se convirtió en una iniciativa más formal, y a los 15 años Julieta creó Tremendas, una plataforma colectiva de acción global hoy presente en 20 países de América Latina y el Caribe.
“Tremendas se enfoca en amplificar las voces de niñas que están en la primera línea frente a desastres climáticos, que están en zonas de sacrificio o viven este tipo de problemas, pero muchas veces no tienen las herramientas ni los recursos para poder sacar adelante soluciones en base a sus propias vivencias. Se trata de que incidan para transformar, sin que nadie tenga que ir en representación suya. ¿Quién entiende mejor los problemas que viven las niñas que ellas mismas?”, dice la activista.
En las charlas a las que fue con su madre, Julieta escuchó hablar por primera vez de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Uno de ellos, el que busca promover “alianzas para lograr objetivos” le pareció particularmente atractivo. En él se funda Tremendas. La plataforma tiene siete áreas de acción, entre ellas la climática, pero también por la salud y el bienestar y para fomentar el acceso de las niñas al conjunto de disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocido como STEM, por la sigla en inglés.
“Es importante darse cuenta de que hoy en día muchas problemáticas que afectan el mundo están absolutamente conectadas. La crisis climática no es género neutral, no es coincidencia que el 80% de los refugiados climáticos sean mujeres y niñas. Ellas son 14 veces más susceptibles de fallecer en un desastre natural”, dice.
El trabajo de Julieta ha sido lo suficientemente notorio como para convertirla en una figura pública más allá de las fronteras chilenas. A los 16 años, fue nombrada consejera del Youth Task Force de ONU Mujeres, lo que la convirtió en la primera niña latinoamericana en tener un cargo consultivo a nivel internacional. Ha expuesto en el Latin Women Economic Forum, la COP 25 de Madrid y la COP 26 de Glasgow, entre otros, y este año fue panelista en la Semana del Clima de Nueva York. Uno de los grandes hitos de su trayectoria fue haber sido la oradora central, junto a Hillary Clinton, en el Foro Generación Igualdad en París, en 2021. Ese año, además, fue becada por la organización Girl Rising para realizar un documental sobre una joven en una zona de sacrificio en Chile, que acaba de terminar. “Hay que derribar la idea de que los activistas son personas jóvenes, con una pancarta de cartón en la calle gritando algo”, dice.